domingo, 7 de julio de 2013

CINCO IDEAS EXTRAIDAS DE LAS CONVIVENCIAS DIOCESANAS, celebradas del l al 3 de marzo de 2013.



1. ¿Cómo vivir la Eucaristía?


Difícil pregunta, pues si, no hay que conformarse con decir soy humano, sólo se puede decir, Señor, no me dejes de tus manos, o mejor, no me sueltes de tus manos, que si estamos bien agarrados a ellas, cuanto más amemos la Eucaristía más a gusto estaremos con Él, porque si no, nos perderíamos.


Tú Señor, te hiciste hombre por nuestro amor, te hiciste niño humilde, pobre. Lo que más nos emociona fueron [as penalidades, olvidos, tentaciones que tuviste en el desierto, y no sucumbiste. Nos amabas tanto que nos trasmitías tu misma fuerza, para que de ese modo fuésemos tú mismo.

Y por último, te hiciste pan, te quedaste con nosotros siempre en la Eucaristía. ¿Cómo no se va a vivir junto contigo en el altar de tu amor? Pero siempre con tu gracia, sien ella desmayaríamos.


2. ¿Cómo hacernos que se viva?


Señor, no tenemos que lamentamos y especialmente acobardados, eso nunca. Si estamos atentos a tus llamadas e inspiraciones, viviremos bien tu presencia, que a cada momento sentimos en nuestra alma, y entonces seriamos ejemplo vivo de tu vida Señor. Para el hermano necesitado seríamos almas eucarísticas y el pan vivo de tu presencia.


3. ¿Cómo la ponemos en práctica?


Sin ti Señor, no podemos hacer nada, porque tú Señor, eres nuestra fortaleza. Desfallecemos, somos tercos y cobardes, pero también sabemos que tu amor y paciencia son tan grandes que te haces dueño de nuestras miserias, las haces tuyas, Dios nuestro; las ves con bondad y amor, por eso nos da prontitud y nuestra fortaleza se aviva y con tu gracia siempre seguiremos siendo cristianos de verdad, ejemplos vivos de almas Eucarísticas, ayudaremos con gran amor y Fe viva de tu presencia en nuestras almas. De ese modo podremos dar al hermano el pan de vida y de tu amor.


4. - ¿Vivimos la Eucaristía junto a María?


Si una madre falta en una casa parece que todo se derrumba, pero si esa madre educó bien a sus hijos, ¿se duda que esos hijos se extravíen? De ese modo, María es nuestra segunda Madre aquí en la tierra, y al mismo tiempo la primera, porque es Madre de la Santa Iglesia.


Si la Eucaristía la amamos de verdad, no cabe duda, con María daremos mucho fruto y muy abundante. Todo con [a gracia de Dios.


5. ¿Somos ejemplo para la juventud?


Como se dijo en los demás puntos, Jesús siempre está a nuestro lado. En el Sagrario está oculto, nos espera, tiene mucha paciencia, ve también nuestras miserias, pero si somos conscientes de nuestro vivir de cristianos, tengamos por seguro que nuestras vidas, con la gracia de Dios y de María, serán almas Eucarísticas, así la juventud vera en nosotros el Fruto necesario para vivir.



MARIA ALBACETE
Adoradora Nocturna de Torreperogil

Dichas reflexiones han sido publicadas en el Boletín Eucarístico Diocesano nº 1041.